El girasol es uno de los cultivos con mayor crecimiento en superficie estos últimos años, siendo una de las alternativas con mayor potencial dentro de las rotaciones. Valorado por ser un cultivo noble, es fundamental considerar sus necesidades nutricionales para cuando se busca alcanzar altos rendimientos.
Desde el momento de la siembra, es fundamental tener en cuenta tanto la fertilización del suelo como la nutrición de las semillas. La mejora en los precios y la reducción de los costos de los insumos impactan positivamente en la rentabilidad del cultivo de trigo, inclinando la ecuación económica a favor de los productores.
En planteos de altos rendimientos, una fertilización desde la semilla cumple un rol clave cuando buscamos lograr una buena implantación y crecimiento inicial del cultivo. Luego de la germinación, la planta depende completamente de los nutrientes disponibles. Asegurar la presencia de nutrientes en zonas cercanas a la rizosfera puede aumentar el rendimiento y mejorar significativamente la calidad del cultivo.