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Planificando la fertilización de avena

La tecnología avanza constantemente en todos los ámbitos, y la nutrición de los cultivos no es una excepción. Frente a los avances genéticos, las nuevas realidades provocadas por el cambio climático y las estrategias de manejo en evolución, es imperativo actualizar nuestras estrategias de fertilización. El objetivo principal es encontrar herramientas que nos permitan mantener e incluso aumentar los rendimientos y la calidad de la avena. En respuesta a esta necesidad, Kioshi Stone ha integrado la nanotecnología en una amplia gama de soluciones de fertilización, que incluyen microgranulados, vivificantes de semillas y fertilizantes foliares.

Debido a que el sistema radicular de la avena es más profundo y desarrollado que el del trigo y la cebada, permitiéndole aprovechar mejor los nutrientes del suelo, históricamente ha sido vista como un cultivo de bajos requerimientos, típicamente cultivada en ambientes con suelos más pobres y de escasa fertilidad. Sin embargo, el desarrollo de variedades de grano y forraje de mayor rendimiento, junto con un creciente interés por parte de los mercados de exportación como de los nacionales, demanda ahora una gestión más precisa de los nutrientes.

La continua extracción de nutrientes sin reposición adquiere especial importancia cuando los suelos ya son marginales o deficientes en nutrientes, disminuyendo la productividad y la calidad de estos. Esta situación sumada al retiro de la materia orgánica (MO) impacta directamente en la calidad del suelo. La MO es crucial para suministrar los nutrientes al suelo, además de contribuir a mantener sus propiedades físico-químicas en niveles adecuados, como el pH, la permeabilidad, la capacidad de absorción, la conservación y la temperatura.

 

Planificando un plan nutricional eficiente

La avena, como toda gramínea, tiene una alta demanda de nitrógeno, aunque no debemos descuidar la importancia del fósforo y otros oligoelementos. Los principales nutrientes necesarios para un crecimiento ideal son el nitrógeno (N), el fósforo (P), el potasio (K) y el azufre (S); y los micronutrientes cobre (Cu), manganeso (Mn), molibdeno (Mo) y zinc (Zn). Para lograr un óptimo desarrollo de la planta, es necesario un aporte balanceado de nutrientes.

 

Aportando nutrientes antes de la siembra

Para lograr una implantación exitosa, se recomienda la inoculación de semillas y su potenciación mediante la aplicación de vivificantes. Tratar las semillas con vivificantes representa una alternativa para asegurar que el cultivo reciba los nutrientes esenciales para su desarrollo inicial, al tiempo que estimula el crecimiento temprano para lograr una mejor implantación. Este tratamiento no solo nutre a la plántula desde el momento de la germinación, sino que también protege la semilla del sodio presente en el suelo.

MIST-VG® es una suspensión mineral que contiene los elementos: nitrógeno, azufre, calcio, magnesio, hierro y silicio. Estos minerales aseguran una zona de confort en la rizosfera y permiten la máxima expresión del PG de la semilla, favoreciendo el desarrollo de la plántula.

Los vivificantes de alta tecnología que incorporan nanominerales se pueden aplicar, junto con los inoculantes, a una dosis de 500cm³ cada 100 kilos de semilla y se deben diluir con agua (a razón de 0.5 Lt. de agua por cada litro de vivificante).

En la siembra

Además de una preparación adecuada del suelo, es fundamental conocer el contenido de nutrientes potencialmente disponibles para el cultivo. Mediante un análisis de suelo, podemos identificar y corregir las deficiencias presentes mediante un programa de fertilización adecuado.

En situaciones de siembra directa la avena presenta una gran respuesta al agregado de N al momento de implantación, mejorando la producción de macollos y el peso de las panojas, aumentando el rendimiento y la proteína del grano, variando la respuesta básicamente de acuerdo con la fuente de nitrógeno empleada, al momento de aplicación, a la dosis y al contenido de humedad y nitratos del suelo.

Los fertilizantes simples tradicionales ofrecen una baja cantidad de elementos disponibles, con un alto riesgo de fitotoxicidad dependiendo de la dosis aplicada. La avena es altamente sensible a elevadas dosis de N, las que provocan fitotoxicidad y muerte de plántulas cuando se sobrepasan ciertas dosis.

Las nuevas tecnologías que ofrecen fertilizantes microgranulados nanoestructurados incorporan nutrientes de alta pureza y de composición balanceada, presentando un nivel de eficiencia productiva superior a los tradicionales y mejorando la distribución y localización de los nutrientes en las zonas de absorción temprana de la radícula durante el período de emergencia del cultivo.

Kioshi Stone pone a disposición BIOME, una nueva línea de productos microgranulados, que incluye al B-Phos 10-40 que se posiciona como una herramienta crucial en las estrategias de fertilización gracias a sus ventajas y su eficacia comprobada. La línea B-Phos incorpora 13 nutrientes en su composición, incluyendo: nitrógeno, potasio, fósforo, azufre, magnesio, hierro, manganeso, zinc, boro, cobre, calcio, silicio y molibdeno. Siendo la composición más completa del mercado.

Se caracteriza por asegurar una granulometría uniforme de 0.6-1.5 mm, como también por su nanoestructura. Esta nueva tecnología facilita la aplicación precisa y controlada, minimizando el desperdicio, evitando la fitotoxicidad y maximizando la eficiencia de la fertilización. Además, permite reducir la cantidad de producto necesario para alcanzar los mismos rendimientos, lo que resulta en menores costos operativos y una menor carga ambiental. Esta combinación de precisión, eficiencia y sostenibilidad posiciona a Biome como una herramienta indispensable para mejorar la productividad y optimizar el uso de recursos.

Permite reemplazar 80kg/ha de MAP por solo 35kg/ha de B-Phos 10-40, alcanzando resultados en rendimiento hasta levemente superiores. En su función de arrancador permite un mayor desarrollo temprano del cultivo en sus primeros estadios.

Refertilización foliar

La fertilización foliar, como tercer tipo de fertilización, puede considerarse complementaria, pero no menos importante para alcanzar altos rendimientos. Esta técnica implica la aplicación localizada de micronutrientes y macronutrientes que pueden no estar disponibles en el suelo, asegurando que estén disponibles para la planta en el momento en que los necesite. Su principal ventaja radica en la capacidad de suministrar a la planta los nutrientes necesarios en etapas críticas tardías para lograr altos rendimientos, o para aplicar micronutrientes de manera eficiente, ya que se requieren en dosis muy pequeñas.

La aplicación de productos foliares en un verdeo de avena, durante los meses de invierno, logra incrementar la producción de materia seca, incrementando el índice de área foliar, la biomasa aérea y el rendimiento.

MIST-N®, es una suspensión de nanopartículas minerales, con una elevada concentración en base seca de nitrógeno (18%), azufre (4%), calcio (10%) y magnesio (5%), a la que se le suman trazas de boro. Como fertilizante líquido, puede ser aplicado por pulverización al fin del macollaje, con el surco completamente cubierto, sin inducir estrés en la planta, y no posee fitotoxicidad. Al ser una fuente de alta pureza, cuenta con la practicidad de requerir bajas dosis respecto a otras alternativas, permitiendo optimizar su gestión y transporte.

Se recomienda una muy baja dosis de aplicación, del orden de 3 a 4 litros de fertilizante por hectárea/año.

MIST-N® viene en presentación Bag in Box de 15 litros, que permite armar un pallet estándar de 56 unidades (840 litros), fácilmente transportable en camioneta y cuyo rendimiento permitirá cubrir hasta 420 hectáreas.

En resumen, la fertilización de la avena es una práctica fundamental que, si se lleva a cabo correctamente, puede conducir a la producción de un cereal de alta calidad. Es importante recordar que un plan de fertilización bien ejecutado no solo es una inversión, sino también un factor crucial que se traducirá en una mayor productividad y rendimientos más elevados en el cultivo.