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Biome en trigo: nuevas tecnologías en fertilizantes microgranulados 

La tecnología avanza en todos los aspectos y no es una excepción en lo que respecta a la nutrición de cultivos. Las estrategias de fertilización deben acompañar los avances genéticos en los cultivos, el cambio climático y las nuevas estrategias de manejo. El objetivo final es buscar herramientas que nos brinden soluciones para mantener y aumentar los rendimientos. Ante este escenario, Kioshi Stone, incorpora la nanotecnología a su nueva línea de microgranulados. 

No es novedad que la fertilización es clave para mejorar rendimientos y mantener un suelo sano. Igualmente, es común encontrar casos donde la aplicación de fertilizantes suele definirse considerando sobre todo el valor del fertilizante, sin considerar la situación productiva.

La nutrición del cultivo y su manejo, a través de la fertilización, constituye uno de los principales recursos que limitan la producción de trigo. Las BPA´s indican hacer hincapié en la necesidad de realizar un análisis del suelo previo a las tareas en el lote. Conocer la cantidad de agua útil en el perfil y la disponibilidad de nutrientes permite realizar aplicaciones eficientes, evitando subfertilizaciones. Al definir que es necesario fertilizar, para determinar la cantidad de fertilizante requerida en cada lote es necesario realizar un balance entre la demanda (según especies, cultivares, tasas de crecimiento, etc.) y la oferta de nutrientes.


Nutrición de cara a la campaña

El trigo, cómo toda gramínea, es altamente demandante en nitrógeno, aunque no debemos descuidar el fósforo ni otros oligoelementos. Para lograr un óptimo desarrollo de la planta, es necesario un aporte balanceado de nutrientes. Por lo que es fundamental conocer la importancia relativa de todos los demás elementos de forma tal de entender cuáles son las opciones más eficientes para conseguir un cultivo bien balanceado desde el punto de vista nutricional.

Para determinar la calidad del fertilizante, se deben considerar tanto sus propiedades químicas como las físicas. Las propiedades químicas indican el contenido y cantidad de nutrientes, forma y disponibilidad para los cultivos. Los fertilizantes simples tradicionales generalmente ofrecen una baja cantidad de elementos disponibles, con un alto riesgo de fitotoxicidad dependiendo de la fuente y dosis aplicada. Un arrancador para trigo debe contemplar tanto nitrógeno como fósforo, aunque también todos los demás nutrientes que requiere en cultivo en cantidades suficientes, de tal manera que permita un establecimiento rápido del cultivo, especialmente durante las etapas tempranas de crecimiento.

Las propiedades físicas también son importantes para garantizar la respuesta del cultivo, pero inciden principalmente en la dosificación del mismo. Si las mezclas físicas presentan diferencias considerables en granulometría, responderán en forma variada, como es el caso de la urea o el MAP. En cambio, si las fuentes de nutrientes son homogéneas físicamente y de alta pureza, responderán de manera más estable.


En este sentido los fertilizantes microgranulados nanoestructurados incorporan nutrientes de alta pureza y de composición balanceada, presentan un nivel de eficiencia productiva superior a los tradicionales y mejora la distribución y localización de los nutrientes en las zonas de absorción temprana de la radícula durante el período de emergencia del cultivo. 

Composición de la nueva línea de microgranulados Biome

Kioshi Stone desarrolló una nueva línea de productos microgranulados denominada “BIOME” (bioma en inglés), siendo el b-Phos 10-40 el primer producto de la línea. Se posiciona como una herramienta crucial en las estrategias de fertilización agrícola debido a sus numerosas ventajas y su eficacia comprobada. Estos fertilizantes se caracterizan no solo por su granulometría uniforme de 0.6-1.5 mm, sino también por la nanoestructura que los compone.

Esta nueva tecnología facilita la aplicación precisa y controlada, lo que minimiza el desperdicio y maximiza la eficiencia de la fertilización. Además, permiten reducir la cantidad de producto necesario para alcanzar los mismos rendimientos, lo que resulta en menores costos operativos y una menor carga ambiental. Esta combinación de precisión, eficiencia y sostenibilidad convierte a la línea Biome en una herramienta indispensable para mejorar la productividad agrícola y optimizar el uso de recursos en el campo argentino.

B-Phos 10-40 en trigo: ¿Cuándo fertilizar?

Este innovador fertilizante posee en su composición altas concentraciones de N y P. Su aplicación se realiza al momento de la línea de siembra. La dosis varía según el cultivo, en girasol, soja, maíz, trigo y cebada se recomienda una dosis de 30-40 kg/ha. 

En estos estadios de implantación el P es uno de los nutrientes fundamentales para garantizar el desarrollo radicular. El N, en menor concentración acompaña de forma balanceada el crecimiento vegetativo en estos estadios. Definir la aplicación de fertilizantes en el momento oportuno es una estrategia inteligente para lograr el nivel más alto de aprovechamiento eficaz de los nutrientes, minimizando cualquier impacto ambiental y maximizando la productividad del cultivo.

La planificación debe considerar la demanda del cultivo en cada estadio fenológico, siendo la fase de desarrollo vegetativo cuando los macronutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio) y los nutrientes secundarios (zinc, magnesio, y azufre) se requieren en mayores cantidades. 

Otras ventajas de la nanoestructura

Un diferencial del Biome es su composición balanceada de nutrientes en nanopartículas de alta pureza. El B-Phos 10-40 es el único microgranulado que incorpora la totalidad de nutrientes que el trigo requiere. Esto es posible dado que, al ser nanopartículas, la eficiencia de absorción aumenta y se requieren menor concentración de nutrientes. La nanoestructura se logra mediante el empleo de nanopartículas minerales de alta pureza, que optimiza la superficie de contacto entre el fertilizante y las raíces de los cultivos.

La clave de su eficacia radica en la combinación de un enfoque nanoestructurado y una granulometría homogénea de 0.6-1.5 mm. Esta nanoescala permite una liberación controlada de los elementos esenciales, maximizando su disponibilidad para los cultivos. Todos los granos presentan la misma composición, lo que garantiza una distribución uniforme de nutrientes esenciales. 

Composición nutricional del B-Phos

La línea B-Phos incorpora 13 nutrientes en su composición, incluyendo: nitrógeno, potasio, fósforo, azufre, magnesio, hierro, manganeso, zinc, boro, cobre, calcio, silicio y molibdeno. Siendo la composición más completa del mercado.

La tecnología aplicada a BIOME permite su aplicación en bajas dosis, optimizando costos y minimizando posibles impactos ambientales. Permite reemplazar 80kg/ha de MAP por solo 35kg/ha de B-Phos 10-40, alcanzando resultados en rendimiento hasta levemente superiores. En su función de arrancador permite un mayor desarrollo temprano del cultivo en sus primeros estadios.

Al momento de la siembra, es clave incorporar una buena nutrición inicial balanceada y eficiente que incorpore la temprana disponibilidad de macro y micro nutrientes vitales desde los primeros estadios, para que el cultivo se establezca adecuadamente y desarrolle un buen enraizamiento y número de macollos, activando los procesos fisiológicos relacionados con el desarrollo de la planta.