El zinc y el boro son claves para que el trigo exprese su máximo potencial de rendimiento y calidad. Estos micronutrientes intervienen en procesos esenciales como la formación de espiguillas, el cuajado de granos y el llenado final. Su aplicación estratégica, especialmente vía foliar en momentos críticos del ciclo, logra mejorar rendimientos y calidad.
Si bien la producción triguera ha centrado la atención se ha centrado en los macronutrientes como nitrógeno (N), fósforo (P) y azufre (S), los análisis de suelo y tejido vegetal han demostrado que los micronutrientes, particularmente zinc (Zn) y boro (B), están desempeñando un papel decisivo para alcanzar tanto altos niveles de producción como parámetros de calidad que demanda el mercado.
El zinc y el boro son esenciales para el crecimiento, la reproducción y la tolerancia del trigo frente a condiciones ambientales adversas. Ambos participan en funciones fisiológicas y bioquímicas claves que impactan directamente en el rendimiento final y en la calidad del grano, desde la formación de macollos y hojas hasta la viabilidad del polen, el llenado de granos y la acumulación de proteína.
Zinc en el trigo
Un adecuado abastecimiento de zinc favorece el desarrollo radicular profundo y ramificado, lo que mejora la exploración del suelo y la eficiencia en la absorción de agua y nutrientes. Además, contribuye a la estabilidad reproductiva del cultivo, asegurando una adecuada polinización y el cuaje de semillas. Su presencia durante el ciclo ayuda también a la tolerancia a bajas temperaturas y a una mayor resistencia a patógenos que afectan las raíces.
MIST-Zn® es un fertilizante foliar de alta calidad, formulado como una dispersión de nanopartículas minerales con una adecuada concentración en zinc, calcio, silicio, azufre y magnesio. Se recomienda su aplicación en los primeros estadios del cultivo y en la etapa inicial de macollaje.
Boro en el trigo
El boro participa en la formación y estabilidad de la pared celular, en la síntesis de lignina y en el transporte de azúcares dentro de la planta, procesos que impactan directamente en el llenado de granos y en el peso final de la cosecha. Por ello, su disponibilidad es particularmente relevante en el período que abarca desde la iniciación floral hasta el final del llenado de granos. Una oferta constante de este micronutriente ayuda a asegurar un número óptimo de espiguillas fértiles y un buen tamaño de grano, contribuyendo tanto al rendimiento como a la calidad.
MIST-B® es una dispersión de nanopartículas minerales con una adecuada concentración de boro (2%), calcio (3,2%), magnesio (0,4%) y hierro (0,4%). Como fertilizante líquido, puede ser aplicado por pulverización sin inducir estrés en la planta ni generar daños por fitotoxicidad. Al ser una fuente de alta pureza, cuenta con la practicidad de requerir bajas dosis respecto a otras alternativas, permitiendo optimizar la logística. Lo novedoso de esta tecnología es que el aporte de nanominerales de distinta naturaleza tiene impacto no solo en el rendimiento sino también en la sanidad del cultivo.
Integración del manejo de zinc y boro en la estrategia de fertilización
Si bien la fertilización de base garantiza disponibilidad en el suelo, las aplicaciones foliares de estos micronutrientes se han consolidado como una herramienta eficaz para complementar y corregir deficiencias. La vía foliar asegura rápida absorción y disponibilidad inmediata en momentos críticos del cultivo.
El zinc y el boro, como otros nutrientes, son más efectivos cuando se aplican en los momentos de mayor demanda fisiológica. El zinc resulta clave en las etapas iniciales del trigo (emergencia, macollaje, encañazón), mientras que el boro cobra relevancia desde encañazón hasta antesis y llenado de grano.
Por otro lado, cuando se aplican foliares de nitrógeno en etapas reproductivas para aumentar proteína, puede integrarse zinc y boro en la misma intervención, optimizando la operación y potenciando efectos en calidad.
La acción conjunta de ambos micronutrientes mejora la tolerancia del cultivo frente a heladas, golpes de calor o sequías durante el llenado, y contribuye a un estado nutricional más equilibrado, que se traduce en mayor sanidad y rendimiento final.
Resultados a campo
En el 2024 se realizó un ensayo a campo dirigido por el Ing. Agr. (MSc) Gustavo Néstor Ferraris, en la EEA INTA Pergamino, sobre un suelo Serie Pergamino, Clase I-2, Argiudol típico, evaluando la respuesta del cultivo de trigo cultivar DM Carpintero, de ciclo largo a distintas estrategias integrales de fertilización.
Los resultados alcanzaron buenos rendimientos a pesar de las limitaciones hídricas, validando que la fertilización fue una herramienta eficaz para incrementar los rendimientos de trigo. Se observó que la combinación de zinc y boro elevaron los rendimientos respecto a la fertilización tradicional con MAP. El tratamiento que incluyó la aplicación de 500 ml/ha de MIST Zn® + 500 ml/ha de MIST B® con 100kg/ha de MAP se diferenció estadísticamente respecto a la fertilización convencional con solo 100kg/ha de MAP.