En un escenario productivo cada vez más exigente, con ciclos climáticos erráticos y suelos sometidos a años de uso intensivo, el rendimiento del trigo depende de algo más que un buen manejo agronómico. La estrategia más eficiente no reside en un solo producto ni en una única etapa del cultivo, sino en una intervención integral y coordinada desde el acondicionamiento del suelo hasta la nutrición de la semilla.
La fertilización integrada es un enfoque sistémico que combina tecnologías complementarias para optimizar el ambiente edáfico, la fisiología vegetal y la disponibilidad de nutrientes en momentos clave del ciclo del trigo. Una estrategia eficiente incluye el acondicionamiento del suelo con enmiendas nanoparticuladas, el tratamiento de semillas con vivificantes minerales o biológicos, y la aplicación de fertilizantes microgranulados en la línea de siembra. Esta estrategia mejora la implantación, la eficiencia en el uso de nutrientes y la resiliencia del cultivo ante condiciones adversas, permitiendo una mayor expresión del rendimiento y una respuesta más eficiente a otros insumos del sistema productivo.
En conjunto, estos tres niveles de intervención permiten anticiparse a los cuellos de botella fisiológicos y edáficos que normalmente limitan la expresión del potencial de rendimiento. Al actuar de manera integrada y secuencial, generan un cultivo más resiliente, con una fisiología más estable y una respuesta más eficiente a los insumos aplicados. Esta lógica de diseño agronómico inteligente, basada en la biología del sistema, representa una evolución frente a los esquemas de fertilización convencionales, que muchas veces actúan de forma puntual, sin abordar la complejidad de la interacción planta-suelo-clima.
Acondicionamiento del suelo: corrigiendo limitantes antes de sembrar
El primer paso es preparar el suelo como un medio fértil y equilibrado, capaz de sostener un crecimiento radicular vigoroso y una adecuada disponibilidad de nutrientes. En muchos lotes agrícolas, sobre todo los que han sufrido manejos intensivos, se presentan restricciones como salinidad, pH subóptimo, desequilibrios de bases o baja actividad biológica.
Para corregir estas limitantes, las enmiendas líquidas nanoparticuladas como Mist TPS® ofrecen una solución avanzada y eficiente. Su aplicación permite:
- Disminuir la salinidad y el exceso de sodio intercambiable, frecuente en suelos con historial de baja infiltración o riego con aguas de mala calidad.
- Aportar calcio y magnesio biodisponibles, esenciales para la estructuración del complejo arcillo-húmico y la actividad enzimática en las raíces.
- Estimular procesos biológicos mediante la mejora de la porosidad y la reducción de compuestos tóxicos para los microorganismos benéficos.
Este acondicionamiento, aplicado en superficie o incorporado, genera un entorno físico y químico más hospitalario para la radícula al momento de la emergencia.
Tratamiento de semillas con vivificantes: nutrición de precisión en el microambiente inicial
El segundo nivel de intervención apunta a la activación fisiológica de la semilla y a la creación de un entorno propicio en los primeros centímetros de suelo. Los vivificantes de semilla, son herramientas que ayudan a las plantas a superar el estrés y a aumentar su resistencia a factores ambientales adversos. Estos productos, de origen mineral, se aplican a las semillas antes de la siembra y estimulan el desarrollo radicular, promoviendo un crecimiento rápido y uniforme de las plántulas. Su función principal es crear una zona de confort en la rizosfera en los primeros días tras la siembra. Esto permite una germinación más uniforme, una emergencia vigorosa y un desarrollo radicular optimizado, factores fundamentales para establecer cultivos más sanos y resistentes.
Mist VG® es una suspensión mineral de alta eficiencia diseñada para tratamientos de semilla. Puede aplicarse en conjunto con inoculantes y otros fitosanitarios, y su uso requiere dosis muy reducidas (500–800 cc/100 kg de semilla), lo que lo hace práctico y económico.
Sus beneficios son:
- Estimulan la germinación uniforme y precoz, acortando la ventana de emergencia y favoreciendo la homogeneidad del lote.
- Proveen micronutrientes clave, como zinc, hierro y silicio, con funciones enzimáticas, estructurales y de señalización hormonal.
- Facilitan la absorción temprana de calcio, mejorando la integridad de membranas y la elongación radicular.
Su aplicación es sencilla, compatible con inoculantes y curasemillas, y representa una inversión de bajo costo que puede traducirse en una mejora significativa del establecimiento y del rendimiento final.
Suplementación con microgranulados: nutrición dirigida en el momento clave
Finalmente, la aplicación de microgranulados fertilizantes, como los productos de la línea Biome B-Phos completa la estrategia con un suministro focalizado de nutrientes durante las primeras semanas post-emergencia, cuando la raíz aún explora un volumen reducido de suelo. Los microgranulados B-Phos son fertilizantes sólidos de granulometría fina (0.8–1.2 mm) y composición avanzada, con una formulación que incluye hasta 13 nutrientes: nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, calcio, magnesio, hierro, manganeso, zinc, boro, cobre, silicio y molibdeno. Aplicados en línea junto con la semilla, aseguran una disponibilidad inmediata de nutrientes en la rizosfera.
La nanoestructura del producto garantiza una mayor eficiencia de absorción y permite reducir las dosis de aplicación, disminuyendo los costos operativos y el impacto ambiental.
Sus beneficios incluyen:
- Altísima eficiencia en el uso del fósforo, gracias a su formulación con fuentes de liberación controlada y microelementos sinérgicos.
- Disponibilidad inmediata de nitrógeno, azufre y micronutrientes, favoreciendo un crecimiento sostenido sin picos ni deficiencias.
- Granulometría uniforme (0.8–1.2 mm) que asegura una distribución homogénea en línea y mejora el contacto con la raíz.
- Reducción de dosis y pérdidas, al concentrar el fertilizante en la zona de mayor absorción activa.
Los ensayos demuestran que esta tecnología puede aumentar significativamente la biomasa inicial y el desarrollo radicular, factores estrechamente vinculados con el rendimiento final, sobre todo bajo condiciones de estrés hídrico o térmico.
Durante el 2024 se llevó a cabo un experimento de campo en la EEA INTA Pergamino, evaluando la respuesta del cultivo de trigo cultivar DM Carpintero, de ciclo largo a distintas estrategias integrales de fertilización. El diseño experimental contempló diversas combinaciones de nutrientes y fuentes, incluyendo fertilización sobre la semilla.
Los resultados alcanzaron buenos rendimientos a pesar de las imitaciones hídricas. Se demostró que la fertilización fue una herramienta eficaz para incrementar los rendimientos de trigo. Esquemas más completos, incluyendo tratamientos sobre semilla, lograron una nutrición más balanceada respecto de la tradicional con MAP, generando tendencias positivas en los rendimientos. El tratamiento que incluyó la aplicación de 35kg/ha de Biome + 5ml/kg de vivificante de semilla MIST VG® se diferenció estadísticamente respecto a la fertilización convencional con 100kg/ha de MAP.
Sinergia entre niveles: nutrición continua y resiliente
La fortaleza de esta estrategia integrada radica en su coherencia funcional: cada etapa refuerza la siguiente, generando una cadena de ventajas competitivas para el cultivo:
El suelo corregido permite una germinación más vigorosa y saludable. La semilla vivificada establece plantas más uniformes y con mayor capacidad de exploración radicular. La nutrición localizada con microgranulados sostiene el crecimiento en el momento de máxima demanda relativa.
Además, este enfoque mejora la eficiencia global del sistema, ya que permite reducir las dosis de fertilización tradicional, minimizar pérdidas por lixiviación o fijación, y potenciar la respuesta a otros insumos como bioestimulantes o inoculantes.