En planteos de altos rendimientos, una fertilización desde la semilla cumple un rol clave cuando buscamos lograr una buena implantación y crecimiento inicial del cultivo. Luego de la germinación, la planta depende completamente de los nutrientes disponibles. Asegurar la presencia de nutrientes en zonas cercanas a la rizosfera puede aumentar el rendimiento y mejorar significativamente la calidad del cultivo.
Como estrategia, el retraso en la fecha de siembra pretende ubicar el periodo crítico para la definición del rendimiento (15 días centrados en floración femenina) a un momento de menor demanda atmosférica de agua. Desde el punto de vista de manejo, esto permite aumentar la estabilidad de producción de maíz en gran parte de la región productiva.
La Red de Maíz del Sur de Buenos Aires de Aapresid con la colaboración del Dr. Anibal Cerrudo (EEA INTA Balcarce), evaluó alrededor de 12 híbridos de maíz en la campaña 2018-19, demostrando una buena estabilidad y rentabilidad, siempre y cuando se adecúe el manejo a los diferentes ambientes para estabilizar los rendimientos y se implementen estrategias de fertilización. El cultivo responde muy bien a las nuevas tecnologías, donde para alcanzar altos rindes es necesario manejar una nutrición balanceada.
Planificando una nutrición adecuada
Una vez seleccionado el híbrido que mejor se adapta al planteo y definida la densidad de siembra adecuada, es primordial plantear una estrategia de balance nutricional, con análisis de suelo y una adecuada fertilización de base. El análisis de suelo es una herramienta sumamente beneficiosa para el productor que evita realizar aplicaciones a ojo, donde se pierde eficiencia en el uso de los recursos y nutrientes, además de asumir costos innecesarios.
Dentro de la relación evidente entre el suelo y la semilla, es clave estimular el desarrollo radicular con nutrición desde la siembra. Una recomendación es inocular las semillas y potenciarlas con tratamientos vivificantes. Estas herramientas le permiten al cultivo un buen desarrollo radicular y un crecimiento rápido y uniforme de plántulas para superar un estrés. Lograr un efectivo desarrollo de las raíces y un crecimiento homogéneo, es vital cuando gran parte del potencial de rendimiento se puede perder por estrés abiótico. Tratar las semillas con vivificantes surge como una opción para garantizar al cultivo los nutrientes esenciales para su desarrollo inicial, además de estimular el crecimiento temprano para lograr una mejor implantación.
Los vivificantes de alta tecnología que incorporan nanominerales se pueden aplicar, junto con los inoculantes, a una dosis de 500 a 1000cm³ cada 100 kilos de semilla y se deben diluir con agua (a razón de 0.5 Lt. de agua por cada litro de vivificante).
MIST-VG® es un vivificante de semillas en suspensión mineral con nanopartículas de nitrógeno, zinc, azufre, calcio, magnesio, hierro y silicio. Aporta una tecnología innovadora con macro y micronutrientes, beneficiando el desarrollo radicular temprano, generando una zona de confort en torno a la semilla, disminuyendo mermas en el rendimiento potencial. Estos minerales aseguran una zona de confort en la rizosfera y permiten la máxima expresión del poder germinativo (PG) de la semilla, favoreciendo el desarrollo de la plántula. El resultado final es una mejor implantación, un mayor desarrollo radicular reflejado en una mayor tolerancia a estrés por sequía, además de que favorece al confort de organismos fijadores y solubilizadores presentes en el suelo.
MIST-VG® puede ser aplicados en conjunto con inoculantes y otros tratamientos químicos de semillas, y la tecnología de su formulación permite utilizar dosis muy reducidas, de 500 a 1000 cm³ cada 100 kg de semilla en 1 o 2 litros de agua según cultivo.
Ensayos a campo
En un ensayo realizado durante la campaña 2022/23 en la EEA INTA Pergamino, dirigido por el Ing. Agr. (MSc) Gustavo Ferraris, se evaluaron diferentes tratamientos, entre ellos:
El tratamiento 1 (T1) testigo absoluto, el tratamiento 2 (T2) incorporó una estrategia de fertilización de 100kg/ha MAP en la siembra + 100kg/ha UREA en V2/V3 + 100kg/ha UREA en V6. El tratamiento 3 (T3) incluyó la aplicación de un vivificante de semilla MIST-VG® 5cm3/kg + 100kg/ha MAP en la siembra + 100kg/ha UREA en V2/V3 + 100kg/ha UREA en V6.
Los rendimientos alcanzaron una media de 5188 kg/ha. Las siembras tardías acumularon alguna reserva hídrica en el perfil, que le permitió sostener pisos de rendimiento. El mejor comportamiento se obtuvo con el agregado de Mist VG sobre semilla (T3) con 422 kg/ha de rendimiento sobre el tratamiento convencional (T2). Los resultados obtenidos permiten entender que la aplicación de tecnologías como los vivificantes de semillas logra incrementar los rendimientos.
A modo de conclusión, para lograr los mayores rendimientos posibles en la próxima campaña de maíz, es necesario un enfoque nutricional integral, que abarque desde la nutrición de las semillas hasta la suplementación nutricional en las etapas claves del cultivo. El complemento de estrategias de fertilización es una de las herramientas que tenemos disponibles para seguir acortando la brecha en el rendimiento potencial del cultivo.