Argentina, la brecha de producción puede reducir hasta un 30% el rendimiento potencial del maíz, como consecuencia de un manejo inadecuado de nutrientes esenciales como el nitrógeno, fósforo, azufre y zinc. Un manejo correcto de la nutrición es fundamental para alcanzar altos rendimientos y sostenerlos en el tiempo. Si bien el maíz ha demostrado ser un cultivo altamente versátil y adaptable a diversas condiciones climáticas, aún existe una brecha significativa que puede representar hasta un 30% del rendimiento potencial, debido a un manejo ineficiente de los nutrientes. Más allá del objetivo de la producción o del momento de siembra, es una especie con altas exigencias nutricionales que deben ser satisfechas mediante una fertilización adecuada para alcanzar rendimientos óptimos y de alta calidad.
En este sentido, desde Kioshi Stone presentamos un protocolo orientado a minimizar la brecha de rendimiento para esta campaña.
Planificando la fertilización
El primer paso siempre es realizar un análisis de suelo del lote para determinar la oferta disponible. Con esta información, y con la elección del híbrido a sembrar, se planifica una estrategia de nutrición balanceada que provea los nutrientes requeridos según lugar, momento, fuente y dosis. Algunos nutrientes principales que demanda y suelen limitar los rendimientos son: nitrógeno, fósforo, azufre y zinc.
El nitrógeno es el macronutriente de mayor requerimiento por parte del maíz. Participa en la división celular, por ende, tiene participación en el crecimiento, la síntesis de proteínas y es vital para toda la actividad metabólica. Su deficiencia provoca reducciones severas en el desarrollo, básicamente por una menor tasa de crecimiento y expansión foliar que reducen la captación de la radiación y la producción de biomasa.
El azufre es clave para los cultivos, al ser parte integral de los aminoácidos esenciales metionina y cisteína utilizados en la producción de proteínas. Colabora en gran cantidad de funciones de crecimiento de las plantas, entre ellas el metabolismo del nitrógeno, la actividad enzimática y la formación de clorofila. Al principio del período vegetativo es cuando la disponibilidad de azufre suele ser baja y es un momento crítico para una buena nutrición azufrada.
Por su parte, el zinc es importante para la producción de auxinas como el ácido indol acético (AIA). Desempeña un papel clave en la producción de clorofila, el metabolismo de los carbohidratos y la elongación celular, lo que afecta el tamaño de las hojas y el desarrollo temprano de las mazorcas.
Siembra / presiembra
Complementando la nutrición de base, los vivificantes de alta tecnología incorporan minerales nanoparticulados con disponibilidad garantizada desde la misma germinación.
Al tratar las semillas con vivificantes se garantiza al cultivo los nutrientes esenciales para su desarrollo inicial, además de estimular el crecimiento temprano para lograr una mejor implantación. El tratamiento de semilla con vivificante no solo nutre a la plántula desde la germinación, sino que también aísla la semilla del sodio presente en el suelo.
MIST-VG® es un vivificante de semillas en suspensión mineral con nanopartículas de nitrógeno, zinc, azufre, calcio, magnesio, hierro y silicio. Aporta una tecnología innovadora con macro y micronutrientes, beneficiando el desarrollo radicular temprano, generando una zona de confort en torno a la semilla, disminuyendo mermas en el rendimiento potencial. Estos minerales aseguran un microclima ideal en la rizosfera y permiten la máxima expresión del poder germinativo (PG) de la semilla, favoreciendo el desarrollo de la plántula. El resultado final es una mejor implantación, un mayor desarrollo radicular reflejado en una mayor tolerancia a estrés por sequía, además de que favorece a organismos fijadores y solubilizadores presentes en el suelo.
MIST-VG® puede ser aplicados en conjunto con inoculantes y otros tratamientos químicos de semillas, y la tecnología de su formulación permite utilizar dosis muy reducidas, de 500 a 1000 cc cada 100 kg de semilla en 1 o 2 litros de agua según cultivo.
Emergencia
Cuando las plantas crecen más allá de la etapa de plántula, aumenta la demanda de zinc y los suelos deficientes pueden ser incapaces de suplir la necesidad. Ante esta situación, las primeras hojas parecerán normales, pero las más nuevas mostrarán síntomas de deficiencia, ya que es un nutriente que no es fácilmente translocado dentro de la planta.
Cuando buscamos asegurar su oferta, la fertilización foliar permite proveerlos de manera eficiente. Es una herramienta eficaz para superar limitantes del suelo y corregir eventuales deficiencias a corto plazo, y en momentos clave de alta demanda. Como beneficio indirecto, permite la optimización de costos gracias a su compatibilidad con herbicidas, fungicidas e insecticidas.
MIST-Zn® es un fertilizante foliar de alta calidad, formulado como una dispersión de nanopartículas minerales con una adecuada concentración en zinc, potasio, silicio y azufre. Se recomienda su aplicación en pulverización en estadio V3, presentando la ventaja de no generar fitotoxicidad en aplicación con herbicidas postemergentes.
Estadio vegetativo
El rendimiento del maíz depende principalmente de la cantidad final de granos obtenidos por unidad de superficie, lo cual está ligado a la tasa de crecimiento del cultivo durante el periodo cercano a la floración. Por ello, para alcanzar altos rendimientos, el cultivo debe estar en un estado fisiológico óptimo en dicha etapa, lo que incluye una cobertura total del suelo y una alta eficiencia en la conversión de la radiación interceptada en biomasa.
Si bien el maíz necesita grandes cantidades de nitrógeno, hay momentos específicos en donde asegurar su disponibilidad marca una diferencia en los rendimientos buscados. La etapa más importante para absorción de nutrientes es desde V6 alcanzando altas tasas de absorción hasta floración, donde se comienzan a diferenciar distintos órganos de la planta, y el meristema apical se encuentra por encima de la superficie.
Las formulaciones que incorporan nanotecnologías son una innovación que está transformando la agricultura, mejorando la eficiencia en el uso del nitrógeno (EUN) incrementando el rendimiento de manera sustentable y reduciendo el impacto ambiental. Las nanopartículas logran mejorar la sanidad de las plantas, minimizar la pérdida de fertilizantes, evitando efectos de volatilización o lixiviación, e incrementan los rindes con el adecuado aporte de nutrientes. Dado su tamaño, la penetración por aperturas estomáticas puede incrementar la actividad metabólica celular, logrando así promover el crecimiento y rendimiento de los cultivos de una manera más efectiva que los fertilizantes tradicionales, causando su efecto en diversas respuestas fisiológicas como el desarrollo de raíz, flores y frutos.
MIST-N®, es una suspensión de nanopartículas minerales, con una elevada concentración de nitrógeno (14.5%), azufre (2,5%), calcio (6,5%) y magnesio (1,5%). Como fertilizante líquido, puede ser aplicado por pulverización a partir del estadio V4 sobre el maíz, sin inducir estrés en la planta ni generar daños por fitotoxicidad. Al ser una fuente de alta pureza, cuenta con la practicidad de requerir bajas dosis respecto a otras alternativas, permitiendo optimizar la logística. Lo novedoso de esta tecnología es que el aporte de nanominerales de distinta naturaleza tiene impacto no solo en el rendimiento sino también en la sanidad del cultivo.