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Claves para la producción eficiente de pasturas de otoño 

La fertilización asegura el logro de la implantación y permite duplicar y hasta triplicar los valores promedios de producción de pasturas, aunque es necesario considerar algunas variables importantes. Compartimos algunas estrategias de manejo forrajero que suelen olvidarse y son fundamentales para una pastura de calidad.

Los suelos de la región pampeana húmeda son mayoritariamente deficitarios en fósforo y nitrógeno, particularmente en los meses frescos y fríos. La cultura de fertilización orientada a la siembra y la nutrición posterior de pasturas es muy baja a nivel general.


 Lograr una buena pastura es una tarea con cierto nivel de complejidad. Lamentablemente, todavía no se le da la misma importancia que a la de un cultivo de cosecha, a pesar de sus beneficios.

 

Sembrar correctamente una pastura es una tarea no tan sencilla. Generalmente no se le da la misma importancia que a la de un cultivo de cosecha, dejando olvidados 3 factores clave al momento de encarar el cultivo:

  • Calidad del suelo
  • Nutrientes esenciales
  • Refertilización

 

Calidad del suelo

Es necesario tener en cuenta el grado de acidez - alcalinidad o pH del suelo, ya que este indicador determina la disponibilidad de muchos nutrientes. Cuanto más alejado esté el pH del valor neutro, menos disponibles estarán los nutrientes para las plantas.  La acidez edáfica puede afectar el crecimiento del cultivo en forma directa, pero también indirecta, incidiendo negativamente en la disponibilidad de nutrientes, los niveles de elementos fitotóxicos, la actividad microbiana y hasta en las condiciones físicas de los suelos. Este problema es considerado como uno de las principales limitantes para la producción agropecuaria a nivel mundial.

 

En el ámbito templado la necesidad de corrección de la acidez pasa más por aspectos nutricionales relacionados con Ca, Mg y K que con el pH en sí mismo. Es por ello que se han desarrollado metodologías diagnósticas con el objetivo de evaluar específicamente el contenido de estos elementos en los suelos, en situaciones donde la acidez no es el problema principal.

Para lograr un incremento en la producción y la mejora de las condiciones del suelo es fundamental alcanzar el equilibrio ácido-base del suelo generando leves correcciones de pH, con algún corrector de suelos que provea una base, reponiendo calcio, magnesio y azufre al complejo de Intercambio lo cual mejora la estructura y química edáfica.

 

El MIST-TPS® es una dispersión de nanopartículas minerales de alta calidad, donde la relación azufre / calcio / magnesio proviene de su fuente de origen. A esta se le adiciona en el tratamiento azufre al 99,9% para enriquecer la fórmula. Es altamente recomendado para alcanzar el equilibrio ácido-base del suelo generando leves correcciones de pH. Su aplicación es recomendada mediante pulverización a suelo, entre 20 a 30 días antes de la siembra, para ir preparando y acondicionando el suelo al momento de recibir la semilla.

Nutrientes esenciales

Este factor es también uno de los principales en la obtención de buenas producciones de forraje, basándose este comportamiento en la limitante general de nuestros suelos en fósforo y nitrógeno, y la alta respuesta de las gramíneas comúnmente utilizadas como verdeos.  Es importante conocer los valores de fertilidad disponibles, particularmente para el caso del fósforo, nutriente decisivo para la supervivencia e implantación de las leguminosas. Es fundamental disponer del análisis de suelo para asegurar un buen diagnóstico. La cantidad de nutrientes que debemos incorporar, será lo mínimo para asegurar una buena implantación y como herramienta para aumentar la producción.

 

El fósforo (P) es el tercer recurso limitante de la productividad forrajera en la Región Pampeana, luego del agua y del N. El P es un nutriente vital para el crecimiento y desarrollo de las plantas, formando parte de proteínas, compuestos energéticos como el ATP y ácidos nucleicos. Asimismo, juega un rol muy importante en la formación de semillas y frutos, crecimiento de las raíces y en el proceso de germinación-emergencia. El principal ingreso de P al sistema suelo-planta-animal es la fertilización.

En el caso del P, debido a su escasa movilidad en el suelo, resulta fundamental la aplicación antes de la siembra. En pasturas perennes, las dosis a aplicar de este nutriente pueden ser levemente mayores a las que se utilizan para especies anuales, con el objetivo de favorecer una adecuada implantación, además, debido a su efecto residual, el P “excedente” puede ser utilizado en los años posteriores.

 

Al ser el fósforo es un elemento de importancia vital para el cultivo, es importante si se busca un buen resultado, privilegiar los productos de mayor eficiencia y calidad. Para el cultivo de pasturas recomendamos aplicar Mist P® a la siembra: este producto es una mezcla química que contiene el balance justo de fósforo, calcio y azufre (éste último rápidamente disponible para el cultivo). Mist P® no tiene pérdida ambiental y puede ser aplicado en preemergencia, en simultaneo a la siembra o en postemergencia; lo que desocupa y multiplica enormemente la capacidad de trabajo de los equipos de siembra. Se aplica a suelo por vía pulverización, pudiendo combinarse con otras aplicaciones, y gracias a su tecnología de nanopartículas, se utilizan dosis muy bajas, logrando excelentes resultados.

Refertilización de las pasturas

La conservación de pastos de calidad se logra mediante el proceso de fertilización con el cual no se pierde ninguno de los minerales y micronutrientes que deberían estar en los forrajes.

 

La fertilización foliar se está convirtiendo de manera sostenida en una práctica atractiva para los productores, porque, integrada a otras prácticas agronómicas, se orienta a la corrección de deficiencias nutricionales, favoreciendo el desarrollo de los cultivos y mejorando el rendimiento y la calidad del producto. Si bien no sustituye a la fertilización tradicional, representa un respaldo para optimizar y satisfacer los requerimientos de nutrientes de un cultivo que no pueden abastecerse mediante la fertilización del suelo. Su ventaja es que permite ofrecer al cultivo los nutrientes necesarios en estados tardíos, pero críticos para lograr altos rendimientos, o bien para aplicar eficientemente micronutrientes, que se requieren en dosis muy pequeñas.  

 

MIST-Prado® es una dispersión de nanopartículas minerales especialmente formulada para nutrir pasturas, tiene una adecuada concentración en nutrientes principales, secundarios y micros que son esenciales para el crecimiento y desarrollo de estructuras radiculares como son el calcio, magnesio, azufre, nitrógeno, fosforo y silicio, además de trazas de boro. Si bien es una herramienta que puede utilizarse en múltiples situaciones, es especialmente eficiente en pasturas, al momento de la floración y cuando el cultivo repuso su follaje luego de un corte.

A modo de ejemplo, exponemos una estrategia de fertilización complementaria con el objetivo de apuntar a un alto rendimiento de alfalfa.

Las ventajas operativas de este tipo de fertilizantes, son varias, como no depender de una alta humedad en el suelo, la posibilidad de optimizar costos, aplicándolos junto con tratamientos de herbicidas, fungicidas o insecticidas, y un ahorro importante en logística y transporte.

 

El plan de fertilización debe considerar todos los nutrientes, a fin de lograr una fertilización balanceada. Una vez cubiertas las necesidades de un nutriente, otro nutriente puede presentarse como deficiente. De allí, la importancia de efectuar el análisis completo de suelos, el seguimiento del cultivo y, garantizar la provisión de los nutrientes necesarios a lo largo de todo el año, principalmente en los momentos de mayor necesidad.