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Nanotecnología aplicada en fertilización foliar para aumentar rendimientos en maíz 

El manejo de la nutrición del maíz es clave para maximizar rendimientos, y hacer un uso eficiente de los recursos. Una alta fertilización, no siempre logra una buena nutrición. La fertilización foliar con nanominerales permite ofrecer los nutrientes necesarios en el momento adecuado, potenciando el rendimiento y mejorando la performance, optimizando costos, gracias a su dosificación reducida y la aplicación conjunta con herbicidas, fungicidas e insecticidas.

El nitrógeno es uno de los nutrientes esenciales que más limitan el rendimiento del maíz. Según estudios de Fertilizar AC, las estrategias de fertilización limitan los rendimientos hasta un 20 % respecto de los máximos alcanzables, indicando que la clave del rendimiento es manejar bien el nitrógeno.

 

Este macronutriente participa en la síntesis de proteínas y por ello es vital para toda la actividad metabólica de la planta. Su deficiencia impacta negativamente al cultivo, principalmente por una menor tasa de crecimiento y expansión foliar que reducen la captación de la radiación fotosintéticamente activa.

 

La fertilización con nitrógeno en cereales en forma sustentable es un problema crítico en la siembra directa. Comúnmente se entiende a la fertilización de base como la aplicación de urea, un fertilizante químico que contiene un alto porcentaje de nitrógeno (N). Esta forma de nitrógeno NO es asimilable por las plantas. Por lo tanto, para poder asimilarlo, tiene que existir en el suelo un proceso de nitrificación, en donde se pierde hasta más del 40% de nitrógeno. Las plantas absorben el nitrógeno del suelo únicamente en forma de nitrato y amonio. Por otra parte, este tipo de fertilización puede verse afectada por la volatilización, desnitrificación y lixiviación del elemento cuando se lavan nitratos por debajo de la profundidad de las raíces.

Garantizar una correcta nutrición es uno de los principales factores para maximizar la producción y mejorar la calidad de los granos, implementando un uso eficiente de los recursos disponibles.

 

Planificando la nutrición

Es fundamental que exista un proceso de planificación y programación de la producción, dentro del cual se deberá definir un plan de fertilización. Este plan consiste en la definición de las cantidades y tipos de fertilizantes a aplicar, así como del momento y tecnología de aplicación para satisfacer las necesidades del cultivo.

 

Los principales factores a considerar para seleccionar el mejor fertilizante son:

Ø  El rendimiento potencial de la variedad.

Ø  El estado nutricional del suelo.

Ø  Las etapas fenológicas del maíz.

 

En principio es fundamental realizar un correcto análisis de suelo para conocer la disponibilidad de nutrientes. El objetivo es determinar la oferta del lote, para que, junto con la extracción de nutrientes, se pueda efectuar un balance y establecer las cantidades a agregar como fertilizante.

 

Idealmente la fertilización nitrogenada debería dividirse en tres momentos, aprovechando operaciones específicas del cultivo para no agregar costos adicionales de aplicación. Un 1er momento es a la siembra o previo a esta, donde se garantice una gran parte de la necesidad total (70 a 80 %). La 2da aplicación se recomienda antes del máximo crecimiento vegetativo o fase exponencial, alrededor de seis hojas completamente expandidas (V-6 a V-7), y una tercera aplicación, debería realizarse previo o durante la floración, para maximizar la absorción de N durante la formación y llenado de granos, aumentando así el contenido de proteína y carbohidratos.

Fertilización foliar

Una manera de garantizar la oferta de nutrientes, independientemente de las necesidades hídricas, en la etapa fenológica donde su requerimiento es más elevado, es mediante la fertilización foliar. Siempre considerándola complementaria a la tradicional, nunca como única opción.

 

Los fertilizantes foliares mejoran tanto la productividad como la calidad de los cultivos. Son una herramienta útil para superar limitantes del suelo que restringen la solubilidad o movilidad de los nutrientes, para corregir eventuales deficiencias de corto plazo, y en momentos clave de alta demanda de nutrientes o durante estadios críticos en desarrollo del cultivo. Además, permiten la optimización de costos al poder aplicarlos junto con herbicidas /fungicidas /insecticidas.



La nanotecnología en fertilización

La aplicación de la nanotecnología es hoy un avance innovador que está transformando la agricultura, proporcionando herramientas para mejorar la capacidad de las plantas en absorber los nutrientes y crecer con mayor velocidad, incrementando el rendimiento de manera sustentable y reduciendo el impacto ambiental.

 

La palabra «nano» significa una billonésima parte, por lo que la nanotecnología se refiere a materiales que miden una billonésima parte de un metro. Estos tamaños modifican las propiedades intensivas de las sustancias utilizadas comúnmente como nutrientes, beneficiando los mecanismos que ocurren en el suelo y en el desarrollo de las plantas, dando lugar a una agricultura más sustentable. Son un medio eficiente para distribuir fertilizantes y otras sustancias, de una manera controlada y dirigida, entendida como “sistemas de entrega inteligente” en la agricultura.

 

Las nanopartículas logran mejorar la sanidad de las plantas, minimizar la pérdida de fertilizantes e incrementar los rindes con el adecuado aporte de nutrientes. Hoy existen en el mercado, productos innovadores mediante la utilización de nanopartículas con fertilizantes minerales de alta pureza, que permiten complementar los sistemas tradicionales de aplicación de minerales con una emulsión líquida que puede ser aplicada por todos los sistemas de pulverización.

Los fertilizantes de emulsión líquida con nanominerales de alta pureza, tienen como beneficios que se utilizan en dosis muy reducidas (1,5 a 3 l ha-1) y con una velocidad de reacción mayor y perdurable, simplificando el manejo y optimizando costos operativos.

 

Las nanopartículas pueden aplicarse foliarmente mediante pulverización, pudiendo luego transportase a diversos sitios de las plantas, donde inducirán múltiples respuestas fisiológicas y bioquímicas. La evidencia científica revela que prácticamente no hay pérdidas por volatilización ni lixiviación. Estas nanopartículas poseen en su interior capilares que adsorben los nutrientes solubles con muy alta eficiencia, actuando como carrier de los mismos.

 

Reportes sobre el uso de nanopartículas en diferentes cultivos han evidenciado que incrementan la germinación y crecimiento de plántulas, su actividad fisiológica, la expresión de los genes y el nivel bioquímico de proteínas y enzimas en las plantas, indicando eso su potencial para mejorar de manera sustentable el rendimiento de cultivos agrícolas.

 

Resultados de estudios demuestran una vez que las nanopartículas se encuentran en el sistema vascular, son transportadas a altas velocidades; ya que su penetración por aperturas estomáticas puede incrementar la actividad metabólica celular, logrando así promover el crecimiento y rendimiento de los cultivos de una manera más efectiva que los fertilizantes tradicionales, causando su efecto en diversas respuestas fisiológicas como el desarrollo de raíz, flores y frutos.

 

En la campaña 20/21 se han llevado a cabo numerosos ensayos en distintas zonas, como por ejemplo en las localidades santafecinas de San Jerónimo Norte y Gobernador Crespo; y en las localidades bonaerenses de Lincoln, Chivilcoy y Balcarce, sobre un cultivo de maíz. Los resultados demostraron un aumento en el rendimiento sobre el testigo cuando se realizaron aplicaciones de fertilizantes foliares con nanominerales (Mist N – Mist P).

 

El MIST-N®, es una suspensión de nanopartículas minerales, con una elevada concentración de nitrógeno (27%), azufre (5,8%), calcio (14,1%) y magnesio (6,5%), a la que se le suman trazas de boro. Como fertilizante líquido, puede ser aplicado por pulverización a partir del estadio V4 sobre el maíz, sin inducir estrés en la planta, y no posee fitotoxicidad. Al ser una fuente de alta pureza, cuenta con la practicidad de requerir bajas dosis respecto a otras alternativas (2 a 3 l/ha), permitiendo optimizar la gestión y transporte. Lo novedoso de esta tecnología es que cede su contenido en forma progresiva acompañando así el crecimiento y desarrollo del cultivo. Garantiza un impacto benéfico a partir de la alta eficiencia de uso y la sincronización de la liberación con el avance de ciclo.

Para una nutrición completa, es recomendable realizar una fertilización de base y complementarla a lo largo del ciclo con fertilizantes foliares. Basarse solo en las aplicaciones de fertilizantes no siempre es suficiente para reducir la brecha entre los rendimientos potenciales y los reales. Es necesario que exista un enfoque integrado para mejorar el rendimiento, incluyendo la genética y las prácticas de manejo.

 

La agricultura está consolidando modelos cada vez más sustentables. Los productores tienden a asumir una mayor conciencia sobre el cuidado del medio ambiente, implementando prácticas más amigables, inteligentes y eficientes, orientadas a lograr los máximos rendimientos potenciales. Hoy no es suficiente con sólo producir, la exigencia actual es hacerlo sustentablemente, aplicando buenas prácticas agrícolas que garanticen los resultados esperados.