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Nutriendo al trigo desde la semilla 

El acondicionamiento del suelo, junto a una fertilización desde la semilla y en las etapas iniciales del trigo, son claves cuando buscamos lograr un buen crecimiento y desarrollo del cultivo. Luego de la germinación, la planta depende completamente de los nutrientes disponibles en el suelo para crecer, por lo que una fertilización adecuada puede aumentar el rendimiento y mejorar significativamente la calidad del cultivo.

El trigo es un cultivo que responde muy bien a la fertilización de macro y micronutrientes, reacciona positivamente mejorando el crecimiento, desarrollo y la calidad final del grano. La respuesta del trigo a la fertilización varía según los nutrientes suministrados y las condiciones del suelo.


Sin embargo, es importante realizar un análisis de suelo para determinar la cantidad óptima de nutrientes a suministrar. Además, la fertilización debe realizarse de manera adecuada y en el momento correcto para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos ambientales.

 

Acondicionando el suelo para la siembra

Cuando nos proponemos aumentar la productividad del trigo de forma eficiente, debemos incorporar nuevas tecnologías que nos permitan llegar a mejores resultados. En ese aspecto, la aplicación de enmiendas nanoparticuladas impacta positivamente en la producción agrícola aumentando el rendimiento potencial determinado por el ambiente. Además, esta tecnología permite utilizar bajas dosis en formulaciones liquidas que son compatibles con otros fitosanitarios. Algunos parámetros de suelo donde actúa es la reducción de la salinidad del suelo, disminuye los niveles de sodio, corrige el pH poniendo en disponibilidad ciertos nutrientes, aumenta el contenido de calcio en suelo brindándole una mejor estructura y aumenta la micorrización.


La línea MIST TPS® se compone por correctores de suelos de alta eficiencia recomendados para problemáticas de distinta naturaleza. Formulado como dispersión de nanopartículas su relación azufre / calcio / magnesio proviene de su fuente de origen. Es altamente recomendado para alcanzar el equilibrio ácido-base del suelo generando leves correcciones de pH. Por otra parte, aporta bases reponiendo calcio y magnesio al complejo de Intercambio lo cual mejora la estructura y química edáfica, además de nutrir los cultivos.


Toda la línea TPS está certificada como orgánica, tanto en Argentina como en Estados Unidos. Viene en presentación Bag in Box de 15 litros, que permite armar un pallet estándar de 56 unidades (840 litros), fácilmente transportable y cuya dosis que varían entre los 2 a 4 lts/ha permite cubrir hasta 280 hectáreas.


Además, ofrecen varias ventajas operativas, como una mayor simplicidad y precisión en la aplicación con relación a los sólidos. Son productos que se aplican con pulverizadora terrestre, con riego o hasta con aplicaciones aéreas y logran un efecto rápido y eficiente de recuperación de suelos, reemplazando grandes cantidades de material a granel.

 

 Con foco desde la semilla

Los vivificantes de semilla son herramientas dentro de la estrategia de fertilización que actúan sobre la implantación del cultivo. El trigo responde mejorando la vigorosidad de plántulas, compitiendo mejor contra malezas. Utilizar vivificantes de semilla asegura un impacto positivo, ya que estimula el desarrollo radicular con una nutrición balanceada desde la germinación y garantiza un crecimiento rápido y uniforme de las plántulas para superar el estrés. Alcanzar un efectivo desarrollo de las raíces y un crecimiento uniforme es vital. Los vivificantes están formulados con diferentes nutrientes que ayudan a aumentar la resistencia del trigo al estrés abiótico, como la sequía o las bajas temperaturas.

En un ensayo realizado en la localidad de 9 de julio, provincia de Buenos Aires se comparó un testigo absoluto con una semilla tratada con Mist VG. La variedad sembrada para el ensayo fue Klein Liebre el 25/06/2022, con una densidad de 160 kg/ha. Al momento de la siembra se aplicaron 140 kg/ha de mezcla (7-40-5-00-6 Ca) y en el estadio z2.3 se voleó urea con un ajuste del modelo de 180-x. El diseño empleado fue de macro franjas donde se evaluó el crecimiento radicular, obteniendo un mayor desarrollo del mismo así como el rendimiento, donde se obtuvo un diferencial de 156 kg/ha.

Trigo de la derecha fue tratado con MIST-VG®, el de la izquierda es el testigo.

 

MIST-VG® es una suspensión mineral que contiene: nitrógeno, zinc, azufre, calcio, magnesio, hierro y silicio. Estos minerales aseguran una zona de confort en la rizosfera y permiten la máxima expresión del PG de la semilla, favoreciendo el desarrollo de la plántula. Entre sus efectos benéficos se encuentran la rápida asimilación del calcio, el cual mejora el transporte del resto de los nutrientes, un efecto regulador del pH y la saturación de bases localmente. 

MIST-VG® puede ser aplicado en conjunto con inoculantes y otros tratamientos químicos de semillas, donde la tecnología de su formulación permite utilizar dosis muy reducidas, de 500 a 800 cc cada 100 kg de semilla.

 

Fósforo nanoestructurado para aumentar la biomasa

Una vez solucionada la problemática de suelos y la fertilización a la semilla, debemos brindarle uno de los minerales más importantes al cultivo en sus estadios iniciales: el fósforo. Se suele mencionar que lo que uno ve por arriba del cultivo se refleja en lo que hay debajo. Es por eso que si no aportamos fósforo previo a la siembra, probablemente obtendremos un cultivo con escaso desarrollo radicular, impactando consecuentemente en la biomasa aérea y reduciendo la capacidad fotosintética.


La línea Biome de microgranulados presenta el producto B-Phos 15-35 que aporta fósforo de alta disponibilidad y nitrógeno para el inicio del cultivo. Además, su nanoestructura aporta micronutrientes como azufre, zinc, calcio, magnesio, boro, silicio y le confiere una mayor homogeneidad en el tamaño de las partículas. 

En un ensayo realizado recientemente, se comparó un testigo absoluto (T1), un tratamiento con 40 kg/ha un microgranulado convencional (T2), 40 kg/ha de B-Phos 15-35 (T3) y un tratamiento combinado en donde se utilizó 40kg/ha de b-Phos 15-35 y 500cc de Mist VG como tratamiento de semilla en trigo (T4). Los resultados demostraron un incremento diferencial de 500 Kg MS/ha del T4 con respecto al testigo absoluto y 350 kg MS/ha del tratamiento T3 con microgranulado con respecto al testigo absoluto. Estas mediciones se efectuaron a 30 días luego de la germinación. Este aumento de materia seca se traduce en una mayor aérea fotosintética, un cierre de surco anticipado y una mayor exploración radicular.


A modo de conclusión, para lograr los mayores rendimientos posibles en la próxima campaña de fina, es necesario un enfoque integral que abarque desde la recuperación de los suelos degradados hasta la nutrición adecuada de las semillas y la suplementación nutricional en las etapas iniciales del cultivo. No debemos olvidar la importancia de la correcta elección de la variedad adecuada y la implementación de prácticas de conservación de suelos y agua, especialmente considerando que venimos arrastrando una prolongada sequía.