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Se estima que más de 12 Mha agrícolas podrían recuperarse aplicando nanotecnología

Según el Banco Mundial, con datos de la FAO relevados en 2018, Argentina cuenta con 39,2 Mha cultivables. Con la recuperación potencial de 12 Mha, el país se acercaría a Brasil, aumentando su capacidad productiva en más de un 20%. Las suspensiones de nanopartículas minerales, se presentan como una posible solución a suelos con elevados niveles de sodio.

Los suelos afectados por sales (SAS) salinos y sódicos, se encuentran en todos los continentes y bajo casi todas las condiciones climáticas. Su distribución es más extensa en regiones áridas y semiáridas. Las causas que generan la degradación de los suelos son varias, tanto procesos de origen natural como antrópico. Día a día, los suelos continúan perdiendo la capacidad de desempeñar sus funciones características y los servicios que prestan a los ecosistemas. En Argentina, particularmente, la problemática de salinización y sodificación surge como una de las principales consecuencias de la degradación de los suelos. Este problema limita el crecimiento de la producción agropecuaria, trayendo consecuencias como la disminución de la disponibilidad de los nutrientes y una menor eficiencia en el uso de fertilizantes.


La buena noticia, es que Argentina tiene el potencial de expandir su frontera agrícola, aumentando su producción en aproximadamente un 20%, gracias a la recuperación de suelos salinos y sódicos, mediante la utilización herramientas como las suspensiones de nanopartículas minerales, entre otras.

 

Situación actual

La salinización y sodificación son procesos de degradación que amenazan los ecosistemas y la producción agrícola. Por ello, el INTA junto con la FAUBA realizó el primer inventario que determinó el porcentaje de los suelos afectados por sales en el país. Fue ejecutado en el marco de la Alianza Mundial por el Suelo (GSP) de la FAO y es una herramienta clave para la toma de decisiones y la planificación territorial. Según el estudio, hay 770.403 kilómetros cuadrados de suelos salinos, sódicos o salinos-sódicos, lo que representa el 27,6% de la superficie del país, en una profundidad de 0 a 30 centímetros. Y eso aumenta a 1.066.389 kilómetros cuadrados, que representa el 38,2%, cuando se mide una profundidad mayor a los 30 cm. hasta un metro de profundidad.

La imagen muestra la superficie de suelos sin problemas de sodio ni salinidad (en rosa), los suelos salinos (en naranja), suelos salinos-sódicos (en celeste), suelos sódicos (en rojo). El resto corresponde a tierras misceláneas.

A la izquierda se observa el mapa que muestra el resultado de los relevamientos de 0-30 cm de profundidad (77MHa) y a la derecha el mapa muestra el resultado de los relevamientos de 30-70 cm de profundidad (110MHa).

 

Impactos en las funciones del suelo

Los suelos afectados por sales tienen graves limitaciones en sus funciones, impactando negativamente en la productividad agrícola y la biodiversidad del suelo. Reducen tanto la capacidad de los cultivos para absorber agua, como la disponibilidad de macro y micronutrientes, y concentran iones que pueden ser tóxicos para las plantas y pueden degradar la estructura del suelo.


El alto contenido de sal causa un estrés osmótico que hace que las células de las plantas concentren solutos. Un alto nivel de salinidad en la zona de las raíces puede reducir drásticamente la capacidad de absorción de agua y consecuentemente la producción del cultivo


Recuperación de suelos sódicos y salino-sódicos

La recuperación es posible, si aplicamos estrategias a campo, basadas en evidencia científica, que permitan restaurar suelos degradados en áreas muy afectadas por sales, promoviendo la gestión sostenible de los suelos. Por lo tanto, existe la posibilidad de mejorar la productividad en algunos ambientes salinos anegables, siendo importante realizar un reconocimiento de cada ambiente, ya que no todos los suelos son iguales.


Los métodos de mejoramiento tienen como objetivo incrementar el contenido de calcio en el complejo de cambio de las arcillas y la materia orgánica a expensas del sodio intercambiable. El sodio reemplazado, junto con el exceso de sales solubles, es removido de la zona radicular por el agua de infiltración. De esta manera, se busca incrementar la cantidad y estabilidad de poros que provean un ambiente físico favorable para el movimiento de agua y por ende para el crecimiento y desarrollo del sistema radicular.


Especialistas en conservación y manejo de suelos del INTA, recomiendan una herramienta de buenos resultados, como la implementación de secuencias ordenadas e intensivas de cultivos, o bien el uso de pasturas de alta producción. Las coberturas ayudan a disminuir la evaporación y el consecuente ascenso de las sales, así como también mejoran la porosidad e infiltración de los suelos. Es importante lograr una cobertura en la superficie, mediante la implantación de especies adaptadas cuyas raíces, absorban agua lo más profundo posible, deprimiendo la napa y mejorando la infiltración del agua en el suelo. Otra práctica utilizada, aunque compleja, es el uso de enmiendas químicas (yeso), para favorecer la estructura y disminuir el porcentaje de sodio intercambiable y el pH.

 

Por suerte, los avances de la tecnología han permitido la aparición de nuevos productos que reemplazan a los convencionales, permitiendo una eficiente recuperación de suelos mediante aplicaciones realizadas a muy bajas dosis, en relación con los productos tradicionales. Las soluciones líquidas favorecen el aumento de la velocidad de reacción, incrementando el accionar del calcio y del azufre en el complejo de intercambio del suelo.


La utilización de nanopartículas minerales ha demostrado en ensayos que es posible lograr desplazar el sodio lejos de las zonas de influencia radicular.


El MIST TPS 78® es una dispersión de nanopartículas minerales de alta pureza, cuya composición básica contiene azufre y calcio a la cual se le adiciona en su producción azufre elemental. Esta combinación es recomendada para desplazar sodio y sales del complejo de intercambio del suelo logrando así mejorar la estructura; reduciendo problemas de compactación y encostrado superficial. Además, se suministra azufre y calcio para la nutrición de las plantas. Desde su presentación en Bag in Box de 15 litros, que permite armar un pallet estándar de 56 unidades (840 litros), fácilmente transportable en camioneta y cuyo rendimiento permitirá cubrir hasta280 hectáreas.

En un ensayo realizado en Adolfo González Chaves, Buenos Aires, sobre un suelo altamente alcalino-sódico con capacidad casi nula para la producción agrícola, fue posible implantar un cultivo de sorgo, mejorando adicionalmente la calidad del pastizal natural. Se logró producir 2000kg de MS/ha de sorgo, alcanzando una cobertura de entre el 50 / 60% de la superficie cultivada. Actualmente, el objetivo a mediano plazo es seguir mejorándolo con aplicaciones sucesivas de TPS 78, aumentando la cobertura, para finalmente lograr hacer una pastura de mayor calidad. 

El MIST TPS 78® es un producto recomendado para suelos con muchos años de agricultura continua, para situaciones con necesidad de reposición de bases, para mejorar la disponibilidad y absorción de nutrientes, para potenciar la micorrización y población de microorganismos, y aumentar los rendimientos de los cultivos.

Además, ofrece varias ventajas operativas, como la facilidad de aplicación, siendo más económico, fácil y preciso de aplicar que los sólidos, finos, granulados y laminados. Es un producto que logra un efecto eficiente de recuperación de suelos con aplicaciones que varían entre los 2 a 4 lts /ha, reemplazando grandes cantidades de material a granel.