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Recuperando suelos salinos y sódicos 

Los elevados niveles de sodio originan una deficiente relación suelo-agua-aire que afecta negativamente el crecimiento y desarrollo de los cultivos. El yeso es una enmienda muy difundida para la corrección de la alcalinidad y altos niveles de sodio en el complejo de intercambio del suelo, aunque hoy existen herramientas con nanotecnología aplicada en formato solución líquida que son más eficientes que el yeso y con dosis de aplicación mucho menores.

El alto contenido de sal de los suelos salinos, afectan el crecimiento de las plantas, interfiriendo en la producción agrícola y reducen el uso eficiente del agua. Se presentan problemas físicos que reducen la infiltración del agua, aumentando el escurrimiento en la superficie. En la Argentina unos 13 millones de hectáreas manifiestan presencia de sales en el perfil.  Un primer paso para recuperar estos suelos es diagnosticar el problema. Existen tres tipos de suelos afectados por la sal: salinos, sódicos y salino-sódicos. Cada uno de estos tres tipos de suelos salinos tiene un impacto diferente en el desarrollo de los cultivos y exigen de diferentes estrategias de recuperación. 

 

La salinidad y sodicidad se producen por un aumento del contenido de sales de los suelos, provocando un ambiente poco propicio para la producción.

 

Al analizar los suelos, identificamos un alto porcentaje de saturación de bases (calcio, magnesio, potasio y sodio) y valores de pH mayores o iguales a 7. Para caracterizar los suelos se utilizan las variables: salinidad por conductividad eléctrica (C.E.), porcentaje de sodio intercambiable (PSI), relación de adsorción de sodio (RAS).  Otros buenos indicadores pueden ser la condición física/estructura del suelo y el pH.


Suelos salinos

Los suelos salinos tienen un alto contenido de sales solubles, como lo indica un CE > 4 dS m−1.  Con frecuencia exhiben depósitos o costras blancas de sal, visibles sobre la superficie de la tierra. Típicamente los suelos salinos no muestran una estructura pobre, y como resultado, tienen índices adecuados de infiltración de agua.


Suelos sódicos

Tienen una alta cantidad de sodio intercambiable en los sitios de intercambio de cationes. Estos suelos se caracterizan por tener un PSI > 15%. Un índice alto de absorción de sodio (RAS > 13) puede usarse como indicador para el PSI. Los suelos sódicos tienen una baja salinidad (CE < 4 dS m−1) y con frecuencia un alto pH (> 8.5). 


El alto pH que es algo característico de los suelos sódicos reduce la disponibilidad de los nutrientes más esenciales de las plantas.

 

Son suelos con una condición física pobre porque el sodio intercambiable dispersa minerales de arcilla, causando la degradación de la estructura del suelo. Los minerales de arcilla dispersos se mueven con el agua filtrada y eventualmente tapan poros grandes de la tierra que son críticos en la aireación y movimiento del agua. Esto, a su vez, reduce el índice de infiltración y permeabilidad del suelo. Estas capas impenetrables se encuentran con frecuencia en o cerca de la superficie de la tierra.

 

Suelos salino-sódicos

Existen también suelos sódicos con un pH más bajo y sin la coloración oscura. Con frecuencia dominados por las sales de sulfato de sodio, son tanto sódicos como salinos. Los suelos salino-sódicos tienen un PSI alto (> 15%) y una salinidad alta (CE > 4 dS m−1). Típicamente, estos suelos tienen una mejor condición física que los suelos no salino-sódicos, porque su alto contenido de sal soluble mantiene floculados a los minerales arcillosos (sin dispersarse) y estable la estructura edáfica o del suelo. De manera similar, el contenido de sal amortigua el pH a 8.5 o menos. Los procesos de recuperación deben abordar tanto la salinidad como el intercambio de sodio en los suelos salino-sódicos. 


El alto contenido de sal causa un estrés osmótico que hace que las células de las plantas concentren solutos, permitiendo que el agua se desplace a las raíces. Esto absorbe la energía de la planta y tiene el potencial de reducir el crecimiento. El alto nivel de salinidad en la zona de las raíces puede reducir drásticamente la producción del cultivo. Usualmente es el resultado combinado de la carga de sal del material parental del suelo y un desagüe pobre. Las sales se acumulan con el tiempo si el agua no puede ser filtrada fuera del perfil del suelo.  

De igual manera, los suelos salinos se pueden formar donde ocurre un nivel freático alto junto con agua de riego que tiene un alto contenido de sales, e incluso donde el agua de riego contiene niveles moderados a altos de sal.  

 

El sodio también compite con otros cationes como el potasio, calcio y magnesio en ser absorbidos por la planta, y eso puede llevar a una deficiencia de nutrientes.

 

Recuperación de suelos sódicos y salino-sódicos

Los métodos de mejoramiento tienen como objetivo incrementar el contenido de calcio en el complejo de cambio de los minerales de arcilla, a expensas del sodio intercambiable. El sodio reemplazado, junto con el exceso de sales solubles, es removido de la zona radical por el agua de infiltración. De esta manera, se busca incrementar la cantidad y estabilidad de poros que provean un ambiente físico favorable para el movimiento de agua y por ende para el crecimiento y desarrollo del sistema radical. Para recuperar suelos sódicos no basta con el lavado del suelo. Hay que provocar el desplazamiento del ión sodio adsorbido por el coloide en cantidades o proporciones inconvenientes y reemplazarlo por otro catión más adecuado para conformar un suelo favorable al desarrollo vegetal.

Entre las prácticas más utilizadas se encuentra el uso de enmiendas químicas (yeso), para favorecer la estructura y disminuir el porcentaje de sodio intercambiable y el pH. El yeso es un mineral muy suave compuesto por sulfato de calcio di-hidratado (CaSO4·2H2O) que funciona como una enmienda del suelo capaz de recuperar y mejorar varias propiedades físicas del suelo. Está constituido por 79 % de sulfato de calcio y 21 % de agua. El sulfato de calcio contiene 23.3 % de calcio (Ca) y 18.6 % de azufre (S); es moderadamente soluble en agua. El sulfato de calcio se disuelve luego de la aplicación y libera cationes de calcio (Ca++) que reemplazan al catión sodio (Na+), lo que produce cambios significativos en las propiedades físicas del suelo y cuando el drenaje está asegurado, se favorece el lavado de sales del perfil.

 

Los avances de la tecnología han permitido la aparición de nuevos productos que reemplazan a los convencionales, permitiendo una eficiente recuperación de suelos mediante aplicaciones realizadas a muy bajas dosis, en relación con los productos tradicionales. La utilización de nanopartículas minerales ha demostrado en ensayos que es posible lograr desplazar las sales perjudiciales para el cultivo lejos de las zonas de influencia radicular. Las soluciones líquidas garantizan una mayor solubilidad en agua, acelerando el accionar del calcio y del azufre en el complejo de intercambio del suelo.

 

El MIST TPS 78® es una dispersión de nanopartículas minerales de alta pureza, cuya composición básica contiene azufre y calcio a la cual se le adiciona en su producción azufre elemental. Esta combinación es recomendada para desplazar sodio y sales del complejo de intercambio del suelo logrando así mejorar la estructura; reduciendo problemas de compactación y encostrado superficial. Además, se suministra azufre y calcio para la nutrición de las plantas.

 

Un ensayo realizado en Gaiman, Chubut, sobre un suelo altamente alcalino-sódico que ofrecía unas 50 tn MV/ha de maíz, con sistema de riego pivot, demostró como se presentaron mejoras sustanciales aplicando 2 lts/ha de MIST TPS 78®. Compartimos los datos del ensayo en cuanto a calidad de suelo:


Otro ensayo realizado en Pocito, San Juan, sobre un suelo clasificado como fuertemente salino, sódico y moderadamente alcalino donde se cultiva tomate, se evaluó el comportamiento de nanopartículas a través de la incorporación vía suelo del MIST TPS 78®. Se realizaron 2 aplicaciones a través del sistema de riego por goteo, con una dosis de tres (3) litros/ha. De MIST TPS 78® cada una.

 

Teniendo en consideración que el tomate tiene una tolerancia moderada a la salinidad y crecerá con una Conductividad Eléctrica (CE) hasta 2,5 ds/m sin reducción de la producción, era imprescindible reducirla considerablemente, ya que, por encima de este nivel de CE, la producción se ve gradualmente reducida, desentendiendo de la variedad.


Entre sus ventajas está la facilidad de aplicación, siendo más económico, fácil y preciso de aplicar que los sólidos, finos, granulados y laminados. Logra un efecto eficiente de recuperación de suelos con solo 2lts. por hectárea, reemplazando grandes cantidades de material a granel.


Las aplicaciones de MIST TPS 78® en los distintos sistemas de riego que se utilizan deben ser pensadas en función del movimiento del agua en el suelo y cómo podemos influenciar en dicho movimiento para lograr

desplazar las sales perjudiciales para nuestros cultivos lejos de las zonas de influencia radicular. MIST TPS 78® es

una herramienta con demostrada eficiencia en la recuperación de suelos salino-sódicos, logrando químicamente los intercambios en la solución del suelo mejorando su estructura.